Monday, September 11, 2006

Tristón

Todos algunas veces nos sentimos solos, hoy me ha tocado a mí y por lo mismo he venido a este jodido lugar a escribir un poco. Es una especie de terapia escribir cuando andas con los animos bajos y sientes pena, creo que es un derecho que tenemos todos por muy dichosos que seamos. El derecho a sentirse triste, solo y abandonado por el mundo. Quizas sea por el día, porque estoy muy cansado y necesito urgentemente irme de aquí o simplemente por una necesidad biologica. Pues el ser humano sólo puede ser infeliz si sabe lo que es ser feliz y viceversa. Así como una roca no puede ser considerada poco pensadora si nunca ha tenido la facultad de pensar.
Estar triste significa sentir la necesidad de huir a algún lugar tranquilo, no hacer nada más que pensar en ti, en el mundo que te rodea y ver todo desde la altura. Tal como lo hace el condor cuando emprende su vuelo a la libertad de cortar el aire con sus alas, tal como un perro hechado en la vereda dedicando tiempo sólo a sí mismo.
¿Qué sería de nosostros si nunca sintiesemos pena? ¿Valoraríamos la felicidad si nunca se nos escapara por un instante? ¿Nos sentiríamos humanos y vulnerables?
En el instante en que la dicha desaparece momentaneamente te das cuenta de lo vital que es para que no llegue ese desgano característico de un ser doliente, ese desgano que te quita lo que más te agrada hacer y te dice que no tiene sentido hacer cosas si no puedes estar feliz mientras las estas haciendo.
Creo que si hay algo que es importante es llorar, desahogar esos nudos que aprietan el pecho he intentan matarte, lamentablemente cuando estoy solo me cuesta mucho hacerlo, es un querer y no poder limpiarme con lagrimas. Pues despues de que caen brota el verdor que ha sido regado por la pena y crecen flores para espantar el sentimiento de infelicidad temporal.
Saludos a todos quienes leen esto, gracias por interesarse en conocer un poco de mi mundillo.